Artistas de la Moda: Isabel y Rubén Toledo visitan Buenos Aires
Isabel y Rubén Toledo pasean por Buenos Aires. Ella es diseñadora y él es un artista reconocido por sus ilustraciones. Se encuentran en la ciudad con motivo de la edición Primavera / Verano 2015 del Six O' Clock Tea, el ciclo de desfiles que cada temporada invita a un diseñador internacional. Así fue como llegó el "Camouflage de Moda" de Isabel Toledo. 26 looks aterrizados de New York se pavonearon en La Rural, que sus protagonistas me presentaron en un desayuno en Elena Restaurant.
Los Toledo son un tándem magnético. Isabel habla pausada y cada palabra se une de modo poético con la siguiente, acentuada por la convicción personal y admiración que acota Rubén, el destacado artista cuya labor se puede contemplar en las obras realizadas para Louis Vuitton y las decoraciones que ilustran las páginas de los libros de Nina García. Un equipo de dos, tan necesario uno para que sobresalga el otro aunque incapaz de opacarse entre sí.
Cuenta Rubén que en New York tienen un edificio de cuatro pisos que oficia de taller, fábrica, atelier y hogar. El último piso es vidriado y tiene vista al Empire State. Isabel sonríe con timidez, trabaja desde mediados de los 80 en New York y su perfil bajo quedó atrás cuando Michelle Obama usó un abrigo de su etiqueta para el acto de toma de mando de Barack Obama.
Eligió una diseñadora chiquita, que trabaja de modo artesanal, latina, pero que produce todo en New York. Eso es una proclamación, ella dijo mucho con esta elección," dice Isabel Toledo.
Michelle Obama luce y repite muchos de los vestidos de Isabel que compró años atrás en una tienda de Washington. De esa tienda contactaron a Toledo, cuando comenzó la campaña presidencial, ya que la futura first lady quería encargar piezas especiales para acompañar a Obama.
Un momento crucial fue el encuentro entre Michelle Obama y la industria de la moda de Estados Unidos, porque había dejado en claro que iba a colaborar en potenciar el sector. Así quedó asentado cuando Calvin Klein organizó la primera cena para nutrir esta relación y la primera dama llegó con un vestido de Toledo. Otra proclamación.
Rubén Toledo habla de su esposa como una artista, cuenta los detalles que esconden sus vestidos, exalta la arquitectura que representan sus diseños y siempre hace referencia a la costura y el oficio. Isabel se identifica como costurera, no diseñadora. Hace 30 años llevan adelante esta etiqueta, que, en verdad, nació gracias al paso de Isabel por el Instituto del Vestido del Metropolitan Museum of Art. Allí trabajó como restauradora y fue formada por Diana Vreeland, la editora de moda que dio inicio a las exhibiciones de primavera del MET. Confiesa que cose desde los 8 años, pero fue su labor en el museo lo que hizo enamorarla del diseño, que esa atmósfera la influyó para contemplar la moda como cultura.
A ella no la regula el calendario de la moda, sus colecciones se muestran en showrooms, en museos, en algunas ocasiones en desfiles y hasta tuvo su muestra en el museo del FIT.
Desde New York prepara las colecciones que irán a vestir los counters de Colette de Paris, Browns de Londres o Bergdorf Goodman en Manhattan, donde experimenta y puede contemplar un trabajo artístico, exquisito y en edición limitada. Cada modelo puede cortarse unas 50 veces, algunos solo uno o dos. Sin embargo, hay un gusto por el mercado masivo que los Toledo han materializado al lanzar las colecciones para el supermercado Target, la cadena de zapatos low-cost Payless y también cuando Isabel Toledo estuvo al frente de Anne Klein, una firma estadounidense tan interesante para definir el estilo de las americanas como la de Claire McCardell (de A. Klein también surgió Donna Karan) o la línea plus size que se consigue en Lane Bryant.
La charla pasó del español al inglés con la misma agilidad con la que los Toledo mantienen la importancia en cada tema que abordan. La prensa de moda de los 80' y la de hoy, de como Isabel, Michael Kors y Marc Jacobs fueron los únicos diseñadores que lograron mantenerse de esa camada, la importancia de Diana Vreeland y lo irremplazable que resulta su figura: "ella vivió todas las décadas que hicieron la moda", dicen. De lo que significó ser parte de la escena de Studio 54, la nominación a los premios Tony por los diseños para la obra "After Midnight" y su próximo vestuario para Broadway y el agradecimiento que se cuela en cada tramo.
De la sencillez y la humildad emerge este talento que los diferencia. Bievenido los Toledo a Buenos Aires.