Vestir como el final de una película: Un trench, Kim Kardashian y el recuerdo de Audrey Hepburn
Las imágenes de moda son contundentes para definir algún momento que, aunque no recordemos el contexto, se mantienen presentes. Y me refiero a la moda ensalzada en películas, este romance data de largo tiempo y sirve para expresar estilos.
Audrey Hepburn es el fashion icon en permanencia y si el vestido negro que inmortalizó a Hubert de Givenchy en el inicio de Desayuno en Tiffany's resulta como disparador para definir la elegancia, el final de este film de 1961 tiene al trench como pieza que sella el beso entre Holly Golightly y Paul Varjak y sirve también para suavizar tanto esmero en el vestuario divinamente supervisado por Edith Head.
De la época dorada de Hollywood a la moda de la calle, otra pantalla y mismo efecto contundente para resaltar looks. Aquí Kim Kardashian en nude y trench (y esa belleza especial que irradian las embarazadas) direcciona las miradas con sus señas particulares: morocha de pelo largo y prolijamente despeinada, grandes gafas y una silueta ajustada para pavonear las curvas por Los Angeles:
Moda no es lo mismo que estilo y una fashion victim como Kim Kardashian puede dar cuenta que desde su consumismo también hace una proclamación. Ella prueba con todo y parece que se siente a gusto.
Esto dice mucho de la reina de las selfies, la expone y revela como una mujer que se viste para ella y para agradar a la cámara desde su propia individualidad.
Imagen: FameFlynet