#Tendencias Capítulo Otoño-Invierno 2016
La sastrería se destaca como la referencia que envuelve los códigos del vestir de este tiempo. Y resulta ser el espíritu que presentan las colecciones de moda de la temporada otoño/invierno, cuando el pantalón de vestir, la camisa blanca y el blazer o los tapados son postales recurrentes en los looks urbanos.
Uno de los atributos que identifica a la moda es la repetición. Y el patrón que se reitera este año se centra en la reversión sastrera, como señal de la influencia masculina en el vestir femenino. “Siempre partimos de la base de resolver situaciones concretas para un perfil de mujer profesional, independiente, que quiere verse elegante pero moderna, y tratamos de concentrarnos en el uso y no tanto en la edad. Para ello, pensamos outfits que resuelvan distintas situaciones cotidianas. El objetivo es que las prendas sean versátiles para no encasillar la colección en un único uso sino en cómo lo combinará cada mujer según su criterio”, explicita Mariano Lobera, gerente de Producto de Markova, quien también señala la importancia de “seguir los tiempos” de las clientas al lanzar la campaña. “Las tendencias avanzan rápidamente, pero la incorporación al estilo es mucho más lenta. Por ello, nos focalizamos en el uso que tendrá cada prenda y en analizar qué detalles aplicar según su aceptación. Así, por ejemplo, en esta campaña todas las colecciones tienen una línea más femenina, de corte evasé y péplum; otra línea más rockera y otra bien sastrera. El desafío siempre es entender qué nivel de aceptación de cada propuesta ya penetró en una masa amplia de consumidoras para luego desarrollarla. El timing es crucial, ya que la imposición de una tendencia en forma muy temprana puede resultar en un fracaso comercial”.
Los nuevos comodines
Conforme lo presentado recientemente en las pasarelas, hay un estilo masculino y al mismo tiempo muy femenino que define el placard de ellas esta temporada. Los pantalones formales cortan justo por encima de los tobillos, pero también pueden bajar anchos para acompañar los zapatos. Los blazers ocupan un lugar privilegiado en la rutina laboral –en principio, por el aporte climático que hace que, en este hemisferio, la temporada fría se mantenga en un entretiempo permanente–, a pesar de que la campera se impone en las páginas de revistas y posteos de redes sociales como el nuevo ítem fashionista para vestir ocasiones no necesariamente informales. Queda por verse la bajada real al street style local, ya que la compatriota promedio es más clásica que innovadora al vestir y todavía asocia determinadas piezas como deportivas. Por eso, por ejemplo, desprecia la joggineta, que en otras megaurbes visten la calle, y prefiere oscilar entre el pantalón sastrero, los jeans o las leggings. Desde Markova, explican: “Las argentinas quieren verse elegantes, pero se visten sensuales. Esa contradicción se advierte entre lo que buscan y lo que finalmente compran.
Definitivamente, sus elecciones tienen una influencia europea que, además, está mucho más cerca del estilo italiano que del francés. Por eso, privilegian prendas que resalten su figura y no que aumenten su volumen; ponen mucho énfasis en el calce y destacan escote y hombros. En invierno, quieren usar color pero compran negro, porque toman una decisión racional”.
Es un hecho que la totalidad de las posibilidades que ofrecen las tendencias de la temporada no se traducen necesariamente en opciones disponibles en los percheros de las tiendas y centros comerciales. Ese gesto de uniformidad de propuestas en las vidrieras del mercado mainstream explica el furor de la venta de indumentaria online, comenzando por Facebook como canal de exposición y compra y llegando a diseñadores emergentes que ofrecen en su repertorio virtual el refresh requerido para un look que va en la búsqueda de la imagen acorde a la época del año.
Los zapatos son otro recurso que permite expresarse como una mujer con actitud. En ese sentido, las botas son las sandalias del otoño. Pero a las booties y a los stilettos se les pide, en el estilismo digitado para la pasarela callejera, que oficien de fashion statement de un look que funcione como sobrio y cool.
La elegancia urbana, sofisticada y lo diferente como marca personal tienen a los básicos del guardarropa como remate del look. La falda tubo y las leggings son recurrentes en las elecciones indumentarias que direccionan el look, sin embargo los pantalones son parte del lenguaje del estilo actual más elegido para resolver el ¿qué me pongo? de cada mañana.
Los contrastes manejan los fragmentos más valiosos de un sporty chic como estilo aceptado. Los detalles reavivan a los básicos y se adornan con recortes de piel sintética y los lazos llegan para suplir el rol del pañuelo: ahora dan una vuelta al cuello y bajan como bufandas, se los usad d’coté como corbatines o se hacen moños.
Otros recursos estilísticos del otoño son las proporciones. Los pantalones ‘cropped’ son el furor de la moda de calle, la camisa desabrochada con un botón de más es admitida como un must para exaltar la feminidad, al igual que dejar los hombros al descubierto a través de blusas que recortan la zona o se evidencia con transparencias. Maxi, corto o como vestido, el chaleco busca ser la pieza estrella en este sinfin de opciones fashionistas. Siempre luciendo con personalidad y sin perder el foco de la imagen de moda.