Postales de viaje: Nolita
Con la agenda viajera en la mano y la mira en 17 barrios distinguidos. Todos ellos son pintorescos, repletos de historias que se pueden adivinar de sólo entrar en contacto con la atmósfera del lugar.
Así de linda es Manhattan, uno de los 5 distritos de New York, quizá el que surfea las modas aunque siempre esté de moda.
El Soho es un barrio que vive a las corridas, colmado de turistas o de tránsito.
De un lado de Broadway la facha es moderna, con toda la movida de onda al día. Aquí se encasilla el Soho newyorkino. Cruzando la calle hay una fusión de cuadras, barrios chicos con gran carácter que en pequeñas postales ilustran una esencia. Little Italy, Chinatown, Nolita, apenas unas veredas que proclaman en permanencia la discreción de un sábado a la mañana.
Esta zona la conocí -como se conoce todo en New York- de casualidad.
Viajé a la semana de la moda en pleno primer trimestre de un embarazo revoltoso y me alojé en el departamento que está justo al lado de "Lovely Day", un bar simple de Elizabeth Street donde, desde entonces, la mesa redonda que está al lado de la ventana se ofrece como mi lugar para escribir, no importa en qué momento del día.
La simplicidad con que este barrio se presenta es un gran logro en la imponente Manhattan, donde toda su arquitectura compite por la atención del visitante.
Nolita es encantadora y está fuera del esmerado alarde de todas las tiendas de moda. Aquí todos son sencillos.
Espacios de cuotas mágicas y funcionales por partes iguales, como la librería McNally Jackson, The Musket Room, la boutique de Christian Siriano, la feria americana INA - donde se compraron varias prendas de Sex and the City, como el tapado del piel de Carrie Bradshaw, barberías que mantienen el oficio, casas de muebles, alguna florería o aromas que se cuelan de Chinatown.