Custo Barcelona aterriza en Buenos Aires
Es lunes por la mañana, pero la Avenida Figuero Alcorta luce con los brillos propios de una tarde de cocktail. La explanada del Malba está copada por dos filas prolijas de personas a la espera de ser encontradas en las listas por chicas vestidas de negro. Mujeres (y también varones) súper lookeados llegan a este museo que una vez más abre sus puertas a la moda. Custo Barcelona es la excusa, la marca española interviene las escalinatas con un desfile, pero antes Custo Dalmau, su creador y director creativo, conversa en el auditorio en el marco del ciclo "Fashion Talk" que organiza la empresa Mercedes Benz.
Como una postal de época, la vieja escuela de la moda argentina se hace presente: el modelo Iván de Pineda lo presenta, la periodista Carla Rodríguez le pregunta, Valeria Mazza, Benito Fernández y Pancho Dotto lo aplauden. Es la primera vez que Custo Barcelona se expone en la ciudad, pero los argentinos, en esta característica de identidad de estar muy informados sobre la moda global, le dan al diseñador una cálida bienvenida, guiño que el español acompaña también aceptando el gesto cholulo de rigor con los invitados: las selfies, que colmaron el feed de Instagram durante la jornada. Custo Barcelona es noticia porque va a llegar a Buenos Aires.
La empresa tiene un plan de desembarco a la región que incluye apertura de locales propios, en multimarcas y visibilidad en tiendas departamentales de Uruguay, Chile, Paraguay, Bolivia, Brasil, Colombia y México. En Buenos Aires, la tienda Custo Barcelona estará ubicada en Palermo Viejo (Honduras 4822).
La marca lleva 35 años en el mercado y hace 2 décadas que desfila rigurosamente en la semana de la moda de New York porque "todo lo que sucede allí tiene una proyección global que nos beneficia", dice Custo Dalmau, dos días después de su comentada presentación en el museo, sentado en el subsuelo de un hotel de Palermo Viejo.
Registros del desfile de Custo en Barcelona en el Malba
De zapatillas, jean y camisa azul entallada, Custo Dalmau es de las personas que las modas lo encuentran usando lo que está de moda. Mismo atributo puede ser señalado en su etiqueta. Cuando en la década del 80’ la moda se puso 'negra', él apareció en escena con remeras de estampas coloridas y tomando el espíritu del surf como motivo. La actriz Julia Roberts fue la primera portavoz ocasional cuando apareció con su remera junto a Richard Gere en el film "Novia Fugitiva". "Sin dudas, una celebridad impulsa el negocio y a nivel personal es grato. Que una persona que tiene tanto para usar elija algo tuyo, qué bien, no?", recuerda el director creativo, quien además tiene un visión más real que la mismísima industria refiriendo a la incertidumbre de cómo enfrentar la aceleración de la moda que altera calendarios y modos de comercialización.
- ¿Qué pasa con la moda?
La moda ha pasado de ser un sector donde había muchos proyectos de tamaño pequeño y mediano a ser absorbido por grandes corporaciones que, a pesar de que tienen una gran riqueza en su oferta, de alguna manera están uniformando el planeta.Estuve trabajando en Paris y es increible como todo el mundo va vestido igual. Es la capital de la moda y sin embargo va todo el mundo luciendo igual, porque con la penetración de estas grandes corporaciones han conseguido dominar el mercado. Nosotros no estamos ahí. Estamos en un pequeño planeta que se llama creatividad. Creatividad emotiva. Nosotros tratamos de crear piezas que no las necesitas para nada.
Cuando Custo Dalmau menciona a las grandes corporaciones, podría señalar a su compatriota Amancio Ortega, el multimillonario dueño de Zara, una empresa que opera en la bolsa desde 2001. Esta cadena gestiona a precios económicos los hits de las pasarelas, que en lenguaje coloquial se conoce como clones y plagios, copias, a toda velocidad. Este ritmo acelerado que Zara comanda junto a otro gigante, H&M, hizo tambalear el organigrama de la moda, además de poner de moda el consumismo. Al mismo tiempo que las corporaciones francesas hacen una reversión del lujo, mostrándolo más accesible. Tienen acciones en casas de moda, por ejemplo Bernard Arnault compró Dior en 1984 y en los 90' se convirtió en el presidente de LVMH (Louis Vuitton Moet Hennessy), llevando a diseñadores americanos y europeos a diseñar en las casas tradicionales de Paris, todo un sacrilegio en ese momento, pero logrando una gran cobertura mediática desde entonces. Pero luego se sumó Francois Pinault, actual Kering Group, y cada día es noticia la baja de un diseñador que a apenas llega a terminar un contrato de 2 años en estas maisons comandadas por estos magnates: "Los grupos económicos que están detrás de un proyecto de moda lo único que buscan son resultados y beneficios. Competir con estas grandes corporaciones es muy duro y tal vez la manera de hacerlo con ellos es no buscar estos crecimientos económicos que tienen como meta. El baile que hay de tantos diseñadores es porque no están haciendo realmente un proyecto creativo correcto, sino porque los resultados económicos de esos proyectos no son los que están buscando y por eso los diseñadores son reemplazados."
- ¿Cómo se presenta Custo Barcelona en esta escena?
Nosotros no sé si podemos hablar de moda porque no nos alineamos con la moda, con ésta como fenómeno. Nos alineamos con la creatividad porque tratamos de desarrollar piezas creativas, prendas que te emocionen y que puedas utilizarlas para vestir. La moda va por otro camino. Lo entendemos.
Nuestras piezas no las necesitas para nada: O te provoca emoción o no te las vas a comprar.- Mientras tanto, la industria parece no dar con las soluciones a los problemas que provocan estas grandes corporaciones...
Creo que debe haber más proyectos como el nuestro. No creo en el planeta uniformado porque sé que la diversidad forma parte de la humanidad y por mucha fuerza que tengan estas corporaciones y logren imponer una manera, su manera de vestir, lo están consiguiendo. Estos grupos están creciendo hace 10 o 20 años y siguen, pero esto en algún momento se va a cortar porque no tiene demasiado sentido. La reflexión que hice sobre Paris es válido para cualquier parte del mundo.
- ¿En el lujo las personas encuentran accesorios, en el fast fashion las prendas para poder combinarlos?
El fast fashion es una manera de interpretar la moda. Nosotros la interpretamos desde otro lado, desde la creatividad, la emoción de crear piezas pero que realmente no se necesitan. El fast fashion es un consumo motivado por el precio y por utilizar piezas que te dan un servicio de vestuario. Hay una parte emocional allí pero nuestra emoción es un poco distinta, es una emoción mucho más creativa.
- ¿Cómo se crea y posiciona una empresa de moda exitosa?
En nuestro caso, no hubo ningún planeamiento. Simplemente surgió. Nos subimos a un tren que empezó a circular cada vez más rápido y entonces vas organizando el viaje. El planeamiento que tenemos hoy no fue inicial, sino que se fue planteando con el tiempo. Estamos hablando de más de 35 años de trabajo. Más que inspiración lo nuestro es transpiración. Tenemos que trabajar mucho, sudar bastante para desarrollar nuevos proyectos. La inspiración, si existe, es muy referida a ser capaces de reinventar nuestra identidad. La inspiración sigue, es la misma. Vamos a cambiarlo todo para seguir siendo los mismos de un modo atractivo y fresco.
- En la actualidad el mix de texturas y materiales son parte del lenguaje de las colecciones, pero no en los 80'. ¿Cómo surgió la marca personal de Custo Barcelona?
Eso fue una decisión. ¿Por qué tenemos que hacer una camisa con el mismo tejido? 'Vamos a cambiarlo', se decidió. Vamos a hacerlo de colores y fundirle colores con distintos materiales. Eso fue simplemente una elección que ha generado un ADN, una genética y una identidad. Hemos tratado de ser muy respetuosos con esa identidad, porque pensamos que es esa genética la que te resalta en el mercado y da un anclaje.
~ Una versión de esta entrevista fue publicada en "Clase Ejecutiva", la revista del diario El Cronista