El vestido a medida
"A mi no me interesa ser conocida, sí ser prestigiosa, pero no popular sino que se reconozca que mi trabajo está bien hecho", dice Natacha Morales, diseñadora que se presenta con nombre propio y se destaca por el oficio artesanal con el que desarrolla su etiqueta hace 9 años.
El ritmo de la moda se aceleró y mucho dejó atrás, como los oficios, e imperó el look que bajaron las cadenas del fast fashion tan pronto salieron a la pasarela. Desacorde a ese pulso, Natacha Morales cose sus vestidos desde un taller anunciado por una escalera al ingresar a la tienda del barrio porteño de San Telmo, en Bolivar 851. Allí se ven percheros con diseños únicos. Algunos son muestras, otros fueron confeccionados para la vidriera o pasarela y tienen las medidas de manequín; también hay prendas de prêt-à-porter que se prueban y se llevan en el momento.
La experiencia de un diseño a medida es posible cuando la mujer busca uno de esos vestidos y Natacha Morales lo modifica acorde al cuerpo de la usuaria para que sea bien sentador. Otros vestidos empiezan a contar una historia desde cero.
"Son mujeres que quieren estar elegantes durante el día y valoran las terminaciones", define la diseñadora a sus clientas. "El estilo se caracteriza por ser más elegante que lo que se ve en la calle, es muy femenino. Me diferencio porque aplico muchos detalles a mano en cada vestido, por ejemplo los calados, que quedaron como imagen de marca, fueron pensados para darle originalidad a mis vestidos que tienen una silueta clásica. Con los recursos de costura que tenía y sin un gran presupuesto, busqué que una tela simple y básica sea distinguida. Ahí, desde la costura, empecé a hacer los calados, que es una terminación que en general hoy no se hace", resume su estilo y resalta lo difícil que es mantener lo artesanal porque el oficio no se mantiene y en la actualidad hay pocas modistas que cosen bien o se tomen el tiempo.
Las fantasías de cada mujer o la aspiración a la elegancia, los vestidos de Natacha Morales muestran una reinvención femenina: son diseños que se destacan por detalles y cortes precisos más que por un sin fin de adornos que llamen la atención. "Fui evolucionando en las formas y mi interés está en aplicar materiales diferentes, que las terminaciones y realizaciones sean cada vez de mejor calidad", cuenta esta mujer que estudió Diseño de Indumentaria en Mar del Plata y al comenzar la crisis de 2001 se fue a vivir a España. Cuando volvió a Buenos Aires comenzó a confeccionar vestidos para conocidos hasta que en 2008 se dedicó tiempo completo a su marca . "Hay un trabajo de detalles y dedicación. Muchos colegas están conceptuados de una manera, pero después su producto no acompaña. Por eso trato de mantenerme alejada de ese circuito, porque puede generarte un sentimiento de decepción. La moda argentina es mucho de corte y pego."
El diseño a medida de esta época también acompaña nuevos hábitos de consumo, no es que este modo de confección se estanque en una idea de otra época. Como ejemplo va la manera en que Natacha Morales adaptó el lanzamiento de colecciones:
"Antes preparaba por temporada Primavera / Verano y Otoño / Invierno, pero ahora lo que mejor funciona es la vidriera. Las mujeres llaman y preguntan por los vestidos que están expuestos durante una a tres semanas. Son dos diseños en composé, hechos especialmente para ser lucidos en la vidriera de la tienda, entonces todo el año estoy lanzando vestidos y fuera de temporada."