Anuario 2017: Facundo Moyano, político en carrera
El escenario político argentino rara vez se renueva con algún personaje interesante. Cantidad de pedidos de cambio, pero siempre son los mismos rostros los que decoran con palabras y presencias en loop por cuanto programa televisivo los reciba. En este contexto - repetitivo y aburrido - aparece en escena Facundo Moyano, hijo del líder sindical Hugo Moyano. Primero aportó una nueva mirada al moyanismo: Facundo se presentó como una versión educada y bien vestida de una familia que genera más resistencia que simpatía.
Facundo Moyano comenzó su carrera política como dirigente sindical y político a los 19 años. En 2010 creó la Juventud Sindical y en 2011 juró como Diputado Nacional por el Frente para la Victoria, partido del que se aleja cuando la CGT comandada por su padre se distancia del Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner. De allí partió a las huestes de Sergio Massa, espacio donde también juró como Diputado Nacional y cumple un nuevo período por el Frente Renovador en el congreso hasta 2019.
Pero este hombre de 33 años también atrajo la atención por los coqueteos con el mundo del espectáculo y por contar con, nada más y nada menos, que con el apoyo de la diva de los teléfonos, Susana Giménez, acentuando que la otra diva de la televisión, Mirtha Legrand, lo tiene abonado a sus 'mesazas'. Tiene un repertorio de participaciones en los programas de espectáculos y suele ser nota de color en los noticieros por sus posibles romances: a Facundo Moyano parece encantarle esa novedad amorosa permanente pero, como todo político, dice otra cosa y hasta logra mantenerse en las noticias incluso sin emitir declaración sobre su situación sentimental de manera clara.
La estela que iluminó este año fue su romance con Nicole Neuman. Ella es una de las modelos más fotografiadas y que la prensa acompaña en su carrera y vida personal, pero en esta relación parecía Nicole la más interesada que lo que un reticente Facundo Moyano podía aceptar. El punto máximo del estratega del silencio fue cuando viajó a España por actividades oficiales por el Sindicato de Peajes, rol que luego dejó para dedicarse en exclusiva a la política, y oficializó su noviazgo, con fotos, con la modelo argentina. Muchas palabras para explicar nada, pero suficientes para las revistas, la relación siguió y cuando los flashes escasearon, ahí fue el ex jefe gremial y publicó una imagen, la primera, en su cuenta de Instagram junto a Nicole. El texto fue un emoticón en forma de corazón.
Ese modo esquivo para blanquear sentimientos suele ser, en un primer momento, un gesto atractivo para algunas mujeres. Por eso son varias las damas que han pedido micrófono solicitando ser reconocidas, mientras tanto, Facundo sonríe. ¿Qué tiene Moyano, además de esa sonrisa? Su estilo no difiere de su manera de actuar. Se viste con pretensión de elegancia, la que alude al estar bien, muy bien, vestido.
Es moderno y del club del slim fit y los tonos azules. Ambo azul, camisa blanca y acordonados marrones ofician como su uniforme de político. Remeras básicas, de un talle menos, ajustan sus abdominales y brazos disciplinados en el gimnasio. Jeans, zapatillas y camperas completan la fórmula informal que Facundo Moyano usa sin más aspiración que un guardarropa sencillo y cómodo para vestir con actitud.
Con su misterio, él personifica una nueva idea del político y se aleja de aquel que expone su vida y equilibra lo público y lo privado con tal de ser aceptado y mostrarse creíble. El nuevo Moyano, por ahora, no desmiente ni confirma. Sonríe.
Una versión de este perfil fue publicado en la edición de diciembre de Clase Ejecutiva, la revista del diario El Cronista.