Museo: La antología de Delia Cancela en el Moderno
Delia Cancela: Reina de corazones. 1962 / 2018 es la exposición antológica ubicada en la PB del Museo de Arte Moderno (Avenida San Juan 350). “Delia fue leída como una artista pop, en el contexto del Di Tella, entonces la idea de la muestra fue correrla de ese lugar categórico en la que se le ubicó, porque ella hizo todo tipo de obras”, dice Carla Barbero, la curadora de la exhibición.
Delia Cancela formó junto a Pablo Mesejean (fallecido en 1986) la dupla artística "Pablo & Delia", ellos trabajaron desde la mitad de los 60' en Buenos Aires, Londres, Paris y New York hasta 1980. La antología levantada en el Moderno muestra los distintos perfiles de la artista, en dúo y en versión solista. "Siempre fuimos transgresores", relata con la la certeza de haber provocado algo mientras, en el medio del montaje de la muestra, me recibe para esta entrevista:
~ En su obra parece que usted no fue influenciada por el momento, sino que lo define.
Un artista se hace con el tiempo. Lo que se va a ver acá, en ‘Reina de Corazones 1962 - 2018’, es la unión de toda la obra. Yo misma no sabía lo que estaba haciendo, hubo que imponerlo. La gente no lo sabía tampoco. Hasta que un día empecé a darme cuenta.
~ ¿Por qué trabaja en diversos soportes?
Porque siempre voy investigando otras posibilidades, no me interesa quedarme en lo que descubrí sino en comenzar con el dibujo, seguir con la tela o con el bastidor llegar al cuerpo y después volver a la tela pero de otra manera. Para mi ese es el camino.
~ ¿Sigue estando cerca de ‘Alicia en el país de las maravillas’?
Es muy seria Alicia… Alicia no es un cuento para niños. Yo lo leí cuando era niña, en la colección Robin Hood, pero después cuando la leí de grande, en la versión original y en inglés, me di cuenta que no es para niños, eso es muy interesante. Hay una serie de obras que hice de Alicia, que están en Japón, donde no hay una sola Alicia, cada dibujo muestra diferentes mujeres. Tomé los textos para la obra, fijate que Lewis Carroll es un feminista.
~ ¿Por qué nombrar ‘Reina de corazones’ a la muestra en el Museo de Arte Moderno?
Yo no le puse el título, fue el museo.
Carla Barbero, curadora: La referencia a Alicia es algo presente pero también este espíritu dialéctico, que todo lo que aparentemente es simple en la obra de Delia, es simple si uno lo ve de un modo literal y en ella nada es tan literal. Si bien su referencia con Alicia es tan importante, era zonzo pensar que íbamos a nombrarla así. Si hay algo de esa perversión y maldad que tiene la ‘Reina de corazones’ es que también tiene que ver con las pasiones y Delia es una mujer muy pasional.
~ ¿Siempre trabajó con libertad?
La idea de nosotros como artistas era tener libertad. Con Pablo Mesejean no queríamos quedarnos solo en el lenguaje del arte. Si como artistas podíamos ser libre, entonces había que buscar otros lenguajes. Llegamos a Paris, vimos los desfiles y, sumado el interés que tenía por la moda desde chica, fue la manera de empezar. Comenzamos a pensar en el lenguaje de la moda y tuvimos mucho éxito.
~ Hace algunos meses estuvo Kenzo Takada en Buenos Aires y contó el trabajo que ustedes hicieron en los 70’ fue fundamental, que le dieron cambio y novedad a Paris.
Qué lindo que haya dicho eso. Fuimos muy amigos con Kenzo, sobre todo en esa época. Nosotros llegamos a Paris con una gran libertad, la gran libertad latinoamericana. En Argentina todo está agarrado con alambrecitos, pero tenemos libertad, en cambio ellos tienen toda la cultura. Pero con todo ese conocimiento y cultura que teníamos, porque no éramos inocentes, fuimos con nuestra parte de creatividad de artista y realmente rompíamos. Transgresores, si, pero aceptando el lenguaje de la moda. En los videos que hay en la muestra se ve la ropa que hacíamos y te dan ganas de ponertela ahora, ves la ropa pero tenía un concepto, eso era lo que importante. En esa época, los desfiles que hacíamos eran con bailarines, no existía eso. Gente que aparecía, como Marilú Marini haciendo performance vestida de novia, todo eso era muy transgresor, era muy nuevo.
~ En las ‘Experiencias 68’ del Instituto Di Tella ustedes hicieron un desfile que se llamó “Ropa con riesgo”. ¿Cuál era el riesgo?
El riesgo era ponertelo en Buenos Aires, decía yo. Creo yo que fue el primer desfile en el mundo que se hacía en una institución de arte. El público estaba sentado en el suelo, alrededor y dentro del espacio. Las modelos pasaban y bailaban, hacían cosas extraordinarias en un espacio de arte. Eso era de riesgo.
~ ¿Cómo fue llegar en los 70’ a destinos que estaban impulsando nuevos movimientos?
Llegué a Londres por primera vez cuando fuimos becados para ir a Paris por el gobierno francés; el barco que yo tomé paró en Londres. En ese momento vi Londres y sentí que ese era el lugar donde yo quería vivir. Era fantástico, en todo sentido, me parecía increíble, coincidía con lo que nos gustaba de la moda y de los iconos del cine. Con Pablo teníamos una mirada muy europea, nos interesaba su cultura, mientras que acá se miraba a Estados Unidos. Entonces cuando mostramos nuestro trabajo allá la apertura fue inmediata.
Es mejor ni hablar de eso ya. Yo pienso que hay muchas revistas en Europa que son muy interesantes y que no se conocen. Vogue ya es una institución. Después de Vogue Italia, listo. Ya no están Franca Sozzani, Anna Piaggi, imaginate, maravillosas. Grace Coddington también se fue. Ellas fueron mujeres creativas.
~ ¿Cómo fue su relación con Grace Coddington?
Grace fue la que nos descubrió cuando llegamos a Londres y nos dio espacio en el Vogue. Hace un tiempo me mandó su autobiografía y me dijo que yo fui una inspiración para ella. Ella para mi también lo fue. En Londres me di cuenta que algo estaba pasando en mi, hubo un cambio, una apertura, creo que todo esto (señala su obra) me hizo ver más claro el arte y la moda, que no es arte y moda, por favor! Los dos lenguajes son diferentes y en mi eran naturales.
~ Si tienen dos funciones totalmente distintas, ¿por qué surge la pregunta si la moda es arte?
Quizás surge desde el arte, porque no creo que a la gente de la moda le interese. Considero que hay diseñadores que son artistas. Para mi, Martin Margiela es un artista, Cristóbal Balenciaga era un artista, Chalayan, Rei Kawakubo... Hay artistas que trascienden, salen libremente pero no hay muchos artistas que sean diseñadores, ese es mi dominio. Son lenguajes diferentes y no hay uno más importante que el otro, tienen el mismo nivel.
~¿Por qué el arte no carga con el estigma de frivolidad que la moda si?
Porque se trabaja con el cuerpo, el ser humano. Pero sí, la moda es frívola. ¿Porqué no? Si empezás a buscar qué significa la frivolidad podés encontrar cosas interesantes. Uno dice frívolo como algo negativo pero no es así necesariamente. ¡Seamos frívolos todos!
~ La mujer está presente en todo su trabajo. ¿Qué piensa del momento que está viviendo?
(Levanta el puño con fuerza y sonríe) ¿Se escucha? Me parece bárbaro lo que está sucediendo. Diferente, más violento a lo que sucedió en otros momentos, pero supongo que es necesario que así sea porque los tiempos son más violentos. Lo que está haciendo la mujer está muy bien, que la mujer tome el lugar que tiene.
~¿Cuál es su sensación al ver el cuadro que firmó ‘Cuqui’,usted con seis años, exhibida en el museo? ¡Pienso qué bien pintaba! Lo importante no es si pintas bien, es un plus, lo importante es el concepto, lo que vos creás, no una cosa mecánica. Me gustó mucho ver el dibujo ahí colgado porque estaba exhibido en la cocina de mi casa. Es importantísimo, fundamental, sacar las cosas de contexto.
Imágenes: Gentileza Museo de Arte Moderno
Esta nota fue publicada en Clase Ejecutiva, la revista del diario El Cronista.