30 años después de la Primera Bienal de Arte Joven: Entrevista a Andrés Baño
Andrés Baño pertenece a la camada de creadores que utilizaron la ropa para expresarse, como una respuesta a la moda argentina de los 80’, acartonada e inspirada en la elegancia de Europa. Reinterpretaron el espíritu de la década con piezas de segunda mano encontradas en cotolengos y donadas por marcas. Así, Gabriel Grippo, Gaby Bunader, Sergio De Loof y más tarde Kelo Romero y Cristian Delgado hicieron de lo usado, una proclamación. Los nuevos diseñadores experimentaron con materiales y técnicas artesanales, gestaron piezas únicas que hoy hacen a la historia de una época única, irrepetible, que tuvo su esplendor justo antes del boom de los 90', cuando la moda se puso de moda, el arribo de las marcas a Buenos Aires y la explosión de las importaciones con gangas por $2.
Cuando participé de la Bienal tenía 22 años. Fue la primera oportunidad de mostrar lo que yo podía hacer, no pensé que era el métier que iba a ser el resto de mi vida pero fue el soporte que me permitió mostrar lo que tenía adentro, que después de 20 años era muchísimo. Había tenido una educación muy rígida, pasamos por un gobierno militar… La vida no era ni por asomo lo que es ahora", recuerda Andrés Baño.Organizada por el Gobierno de Alfonsín, la Primera Bienal de Arte Joven fue el certamen que los visibilizó e incluyó a la moda en su programación como disciplina artística. 3 días de desfiles con la asistencia de 10.000 personas por jornada coronaron a Andrés Baño, un estudiante de Arquitectura de 22 años, como ganador. 30 años después, éste diseñador sigue produciendo moda con la misma idea: piezas únicas y retomadas de otras prendas para que circulen.
La conversación tiene lugar en su atelier, una casona de la calle Suipacha, semanas antes de volar a Barcelona para abrir una boutique temporal. "Yo quería vivir de lo que me gustaba en una carrera que no existía. Quería que la gente que me quería no se asustara porque estaba usando una maquinita de coser", cuenta el diseñador que en sus manos tuvo las primeras colecciones de Tramando, la marca de diseño de Martín Churba.
~ ¿Cómo definís tu etiqueta?
Hago una producción limitada con piezas numeradas. Armar salidas para que los productos obtengan mejor beneficio y a su vez tener el desafío de diseñar prendas mejores hechas, pero Buenos Aires es difícil. Mi respuesta es hacer varias líneas para abastecer distintas boutiques; tengo mi perchero en ‘La Mercería’ donde también hago a medida, diseño una línea en denim para un local de Av. Santa Fe y otro en zona norte. A mi edad ya no me interesa llamar la atención ni quiero la cosa efectista que sirva sólo para la foto sino prendas que se vendan.
~ ¿Dónde conseguís los jeans vintage?
En ferias americanas. También hay personas que se ocupan de buscar para reciclar, así llegué a los jeans.Trabajo en collages para luego aplicarlos a la ropa. Siento que puedo trabajar con distintos materiales y a todos darle mi impronta. Veo que la moda está uniformada con lo que está sucediendo en el momento, que en muchos casos es un refrito de otras épocas. El producto está caduco porque es una revisión de lo mismo, se puso aburrido, repetitivo y poco fresco.
"El mercado necesita nuevas propuestas y a las empresas les cuesta incorporar lo nuevo, por eso hay que fortalecer los proyectos propios. Uno siempre está empezando de nuevo. Cada vez que abro un mercado se trata de eso", piensa Baño sobre su pronto desembarco en Barcelona.
~ También trabajás para Flores ¿Cómo es el circuito de moda de este barrio?
Hago muestras para fabricantes y también estoy en una oficina de diseño que trabaja para otras marcas. Flores tiene una zona nueva, cerca de Villa del Parque, que funciona, les va bien, algo que es raro porque nadie vende. La baja que hay en el consumo hace que se mantenga recesivo. No se trata de un sector que fabrica ropa barata sino que están generando moda en precios que el mercado no está ofreciendo. Aunque la economía estuviera bien, estable, los cambios de reglas según cada gobierno perjudican a la industria.
~ En los 90’ te dedicaste a viajar. ¿Cómo construiste tu carrera?
Primero me fui a New York, después probé en un multimarcas en Londres y trabajé en Madrid. Siguió México donde me quedé 3 años y cuando regresaba a Bs As me instalé un tiempo en Fortaleza, Brasil. Fui por una fashion week y terminé quedándome. Mi público es el turismo, personas que buscan la novedad y lo fresco, por eso ahora elegí Barcelona para instalarme un tiempo. No tengo un problema de ego, quiero llegar a un lugar y vender. Me gusta quedarme 3 meses en cada ciudad, insertarme como diseñador, conocer el negocio. En esa época era más sencillo porque no había demasiado. Ahora resulta más difícil porque no hay lugar en el mundo donde no estén batallando las mega empresas.
~ Martín Churba dice que sos un gran vestidor de mujeres, que tenés una mano especial y estilo espectacular.
Cuando diseño pienso en la mujer que me compra, que ya viene con la información y está al día con Instagram; lo mío tiene que ser vendible, sexy, divino. Busco versionar lo que percibo en la atmósfera. En Arquitectura me enseñaron que para hacer una casa tenés que tomar partido de lo que hay en el terreno, de donde viene el sol, como es la tierra, el viento… Eso mismo miro cuando busco un lugar para comercializar, que se vende ahí, que tipo de público para por la calle, cada ciudad tiene sus realidades. Por ejemplo, el vestido de fiesta ya no ocupa un lugar privilegiado al momento de vender pero hay otros productos que son más necesarios en este momento. Las mujeres buscan un vestido con el que puedan ir a la oficina pero con el accesorio correcto le sirva para la noche, una prenda que no pierda novedad.
~ ¿Es posible mantener la identidad con tanta información pululando alrededor de la clienta?
Todo es tan repetitivo, la copia siempre está ahí. Puedo mirar el último desfile de Chanel y saber cuales son las prendas que van a ser copiadas, pero la recreación es ilimitada. Estamos en la era del mix, donde todo se pueda mezclar y una prenda puede contar mil historias diferentes. Hay que experimentar con tu propia versión, tu conocimiento, no solo en una colección planeada sino constantemente con tu producto.
~ ¿Cómo es tu método de trabajo?
Tengo tanta obsesión por esa experimentación de lo nuevo que no puedo dejar de hacer una cosa nueva todos los días. Primero porque la ediciones de venta que tengo son cortas, entonces lo que me interesa es que el perchero tenga novedades. La ocupación de un diseñador en este momento es la investigación de la propia línea en choque con la realidad. La técnica del patchwork es lo que me posibilitó mezclar lo nuevo con lo viejo y me permitió contar una historia de algo que vi y me interesó en otra prenda.
~ ¿Cuál es esa primera curiosidad? Lo que te despierta interés de una prenda para empezar a experimentar sobre un modelo que ya está hecho.
Me gustan diseñadores que nada que ver conmigo. Me encanta Alberta Ferretti, me vuelve loco, pero qué hago yo con un vestido de Ferretti en mi perchero? Entonces me imagino un streetwear de Alberta. Ella hizo unos vestidos neo hippies, con flecos y colores que son estupendos. Para eso sirve el collage, el efecto que genera la mezcla de materiales. Esta es una época donde el boho y lo romántico sigue, no tanto en materialidad como si en volumetría. Así es posible recrear algo siguiendo mi estilo y sentirme tan bello como Alberta Ferretti.
~ ¿Cómo se hace para mantenerse sin repetirse después de 3 décadas de trabajo?
Para emplear todo el tiempo de tu vida en algo, te tiene que gustar muchísimo. No se trata de la forma en que te enseñaron a hacer las cosas sino que hay millones de caminos alternativos. Alexander McQueen empezó a Savile Row, después se fue a Italia, a Paris, con su carrera supo abrir un camino de cosas que sucedieron después. Uno tiene que dedicarse a lo que le gusta porque eso es un reflejo de lo que se tiene adentro.
~ ¿Te seguís sorprendiendo con otros creadores?
Cuando veo a alguien que se mantiene toda una vida y sigue siendo emanador de cultura y referente, lo venero. Lo miro en detalle porque, como están los tiempos de acelerados, el talento que tiene una persona es todo y siento que el poder económico se puede perder enseguida. Hay diseñadores que construyeron un imperio pero hoy tenés que contárselo a un joven porque no lo conocen. Lagerfeld tiene un talento para asociarse a la juventud y para sorprender, como lo que está por lanzar con Carine Roitfeld, una selección de esenciales para marca de Karl.
~ A propósito de Carine Roitfeld, ella te comenta y sigue en Instagram. ¿Se conocen?
Nos gustamos mucho. Con Carine tengo un diálogo a través de Instagram. Yo estoy apasionado con ella. Es una mujer que con la edad que tiene es más joven que cualquiera.
Dio vueltas de timón terrible, de dirigir una revista a enfocarse en algo distinto, no teme. Me encantaría acercarle mis diseños.
Dos mujeres se besan, una travesti desfila, un momento de los 80' en el desfile de Andrés Baño en la Bienal. Foto: Graciela Flores |
1989 - 2019: 30 años de la Primera Bienal de Arte Joven. ¿Lo pensaste?
Lo acabas de decir y no puedo creer que pasaron 30 años. Para mi fue nacer, yo salí de ahí, estoy agradecido de haber estado despierto y haberme arriesgado. Tenía 22 años. Fue la primera oportunidad de mostrar lo que yo podía hacer, no pensé que era el métier que iba a ser el resto de mi vida pero fue el soporte que me permitió mostrar lo que tenía adentro, que después de 20 años era muchísimo. Había tenido una educación muy rígida, pasamos por un gobierno militar… La vida no era ni por asomo lo que es ahora y tampoco podías agarrar el teléfono y mostrar lo que pensabas con una foto. La Bienal fue como una luz, sentir que es por acá pero sin saber qué hay en ese camino.
Las imágenes de Instagram corresponden a Barcelona Edition, la colección que Andrés Baño llevará a España el próximo mes. Las fotografías son de la pasarela 2011 que el diseñador presentó en el CMD, el desfile en la línea H para el Otoño / Invierno 2018 más el final del desfile de Baño en la plaza San Martín de Tours en el marco de la Bienal del 89'.