#arteBA Los romances de la moda
En la galería Popa, Sergio De Loof tiene una cabina: cuadernos y recortes firmados están acompañados por 3 líneas blancas y un vaso de whisky, vacío. Al lado posa en una polaroid Adrián Rodríguez, antes de proclamarse como Dárgelos para Babasónicos, en sus noches del bar Bolivia, el espacio fabuloso donde la moda era arte, fotografiado por Cristian Dios, uno de los artistas visuales referentes de la época y que hacen a la historia del diseño de moda en Argentina. La coach de modelaje de las súper modelos Bárbara Bianca LaVogue está inmortalizada en sus dibujos, en la mesa sobresale una de obra de vidrio de Mónica Van Asperen, la artista que participó en la categoría 'moda' en la Primera Bienal de Arte Joven, en 1989, y al lado están las pinturas de Araceli Pourcel, la diseñadora textil que es parte de la camada fundacional del diseño de autor en Argentina y egresada de la FADU UBA.
Marta Minujín meets Sergio De Loof |
Esta secuencia sucede en el espacio Utopia de arteBA, pero los planos pueden extenderse al pabellón principal, donde Batato Barea tiene un cabinet en Galería Cosmocosa y a su alrededor hay un especial de los artistas clave de la movida de los 80': la página donde la revista Vogue publicó la obra Fashion Fiction 1 de Eduardo Costa, al lado del cuadro está el autor y a unos pasos pasea en zapatillas blancas Dalila Puzzovio, la reina de la doble plataforma.
Adrián Dárgelos en el Bar Bolivia, fotografiado por Cristian Delgado |
El Mirador, ese bar de los 90' donde Tom Lupo hacía su 'Cabaret Poético' y Enrique Symns daba clases de periodismo de rock que pronosticó el regreso de la revista 'Cerdos & Peces', se convirtió en una galería de arte contemporáneo. En la edición 2019 de arteBA se presenta con un cuadro blanco que hay oler. La obra está firmada por Cecilia Catalin, una artista olfativa que interpreta los olores de todos los días: desde el olor a limpio al olor a pata.
La campaña yo tengo sida (1994) lanzada por Roberto Jacoby y Kiwi Sainz |
A unos stands de ahí está el Gran Vidrio, una galería de Córdoba que muestra la campaña "Yo Tengo Sida" que Roberto Jacoby y Kiwi Sainz lanzaron en 1994 con la marca ficticia 'Fabulous Nobodies'. La remera insignia fue usada por Andrés Calamaro y llevada al escenario cuando Los Rodríguez tocaron en el 112 aniversario de la ciudad La Plata, pero el gesto pasó desapercibido tras la frase del cantante: 'estoy tan a gusto que me fumaría un porrito'. Y se lo fumó.
La polémica fue eso, no la remera que buscaba eliminar el silencio alrededor del virus y la discriminación que padecían las personas infectadas.
Un puñado de creadores que en los 80' y 90' utilizaron a la moda como medio de expresión. Aquí un repaso.
arteBA: del 11 al 14 de abril en La Rural.
imágenes: Bloc de Moda