Cómo los diseñadores están haciendo sus colecciones: La practicidad del trapo de cocina hecha ropa
“Hace unos años, cuando empezaron a surgir cada vez más vendedores ambulantes, me agarró una necesidad urgente de hacer algo con eso. Compraba todo lo que podía: carilinas, medias, paltas y también trapos. ¡Pero no podía comprar trapos todas las semanas! Así que pensé en darles un uso”, dice Carola Besasso sobre la colección que colgó en el shop online de DAM con prendas hechas con trapos de cocina. “Me gusta provocar, no desde la confrontación, sino desde lo lúdico. Usando molderias super clásicas, que habían sido históricamente destinadas a materiales solemnes”, dice. Los trapos fueron comprados a vendedores ambulantes antes de la cuarentena. Una colección de vestidos, faldas y remeras construída con el trapo de la cocina. "El proceso de llevar trapos destinados a limpiar, como ropa, implican todo un desafío.”
DAM es una de las primeras etiquetas que llegaron a Palermo Viejo, cuando el barrio aún era adoquines y talleres mecánicos. Al volver de Holanda, Carola Besasso se instaló en la calle Honduras, en 1998, y 15 años después se mudó un par de cuadras, a Thames 1780. DAM es una marca de espíritu lúdico, con estampas aniñadas, y desde sus comienzos operó por fuera de las estructuras de la moda. La idea de Carola siempre fue vestirse como quisiera sin las limitaciones de lo que marcaba la tendencia de la temporada.
Todavía faltan derribar muchas trabas que nos impone vivir en sociedad, tanto mujeres como hombres estamos muy condicionados de ir por dentro de ciertos márgenes de lo "permitido" y son justamente esos márgenes los que a mí me interesa interpelar."
La formación como artista de Carola le da también la sensibilidad para hacer más de lo esperado para una marca. En este caso, usa un textil de poco valor para otorgarle una nueva funcionalidad. Convierte estas prendas en una experiencia estética que hace visible lo que antes no e invita a un nivel distinto de lectura, pues es un textil hecho para limpiar resignificado en una pieza para vestir. Esto implica la investigación de materiales, técnicas y procesos productivos.
“Lo nuevo que estoy armando para el verano es una colección hecha de paños de patchwork. Usando también restos de prendas de DAM que desarmé en otros tiempos, y de materiales no convencionales como pañuelos, repasadores antiguos y delantales que fui acopiando a lo largo de los años en diferentes viajes. Por supuesto seguiré explorando con los trapos y con todo lo que el mundo me ofrezca como inspiración”, comenta la diseñadora.
Testimonio en cuarentena:
“Yo creo que el panorama ideal después de la pandemia sería que la gente se vuelva más consciente del mundo que habita. Y como consecuencia, el consumidor estará más confrontado a una decisión ética a la hora de consumir. Ya está ahí afuera y está bien clara la información de que el mundo tal y como está, está colapsando. Entonces intuyo que van a haber grandes cambios sobre qué y cómo consumimos. Mi ilusión es que tal vez haya una vuelta a lo artesanal, el pequeño productor, y tal vez haya un poco más de resistencia a elegir grandes marcas, con todo lo que ellas representan. Por mi parte, en estos 4 meses que estuve en casa, tuve una experiencia super nutritiva e inspiradora al tener tiempo de reencontrarme con mis raíces en mi taller. La vida nos hizo detener y no sólo a mí me pasó, creo que fue algo general, que nos tuvimos que poner a trabajar con lo que hay. Y eso fue un gran regalo. Se nos quitó el mundo tal como lo conocíamos, pero se nos ofreció un tiempo.”
Imágenes: Gentileza Carola Besasso
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