Conocé a Bar Madsen, la artista visual que confecciona zapatos
“Los zapatos son una parte de nuestra vestimenta que, además de estar cargada de contenido simbólico, como todas las piezas que conforman la misma, son un elemento que nos permite transitar. Entonces aquí está la doble funcionalidad del calzado: con él nos mostramos al mundo, y mediante ellos nos transportamos. Siempre recalco esta concepción mía, ya que por este motivo de “zapato como medio de transporte”, muchos de mis modelos llevan nombres de autos, de autopartes, o cosas por el estilo con expresiones del lenguaje “tuerca”. Me parece divertido”, explica Bárbara Madsen, la diseñadora y artista visual formada en el IUNA y al frente de Bar Madsen, una marca de zapatos confeccionados a mano.
Bar Madsen se vale de los conceptos de la moda lenta y en término de atemporal para basarse en sus modelos que buscan conquistar según necesidad que pueden llegar sus propias ideas o intervenidas por las búsquedas de sus clientes. El repertorio de la marca se va nutriendo de dos o tres modelos nuevos por temporada, que se hacen a pedido: “hacerlos a pedido significa poder poner énfasis en la identidad de quien los vaya a usar”, dice. Al no trabajar con stock, son pocos los remanentes que genera con sus modelos de zapatos que se distinguen por sus colores, y con esos restos confecciona piezas, como cinturones o tapabocas.
¿Cuál es la visión de Bar Madsen?
La marca Bar Madsen nace casi sin querer por varios factores: la necesidad propia de llevar a realidad los prototipos de calzado que había hecho previamente como estudio de artes visuales, el interés por dejar de consumir indumentaria con una estética basada en los cánones estandarizados de la moda, y la idea de que la ropa, en este caso los zapatos, es el vestuario por el cual nos manifestamos y mostramos (o escondemos) al mundo, por lo tanto, debía ser algo tan identitario e individual como nuestras personalidades.
¿Qué significa en tu marca el lema Zapatos para todxs?
Pienso que los zapatos no determinan el género por el cual nos percibimos. Un dato curioso sobre esto, es que en la historia del calzado, fueron los hombres quienes empezaron a usar tacones y luego, tras los cambios culturales, dejaron de hacerlo.
Bar Madsen tiene un sello propio que es la singularidad. Bajo los hashtags #zapatosparatodxs y #piezasúnicas trato de aunar los conceptos que hacen referencia a la esencia de la marca.
Me considero una mina simple: vengo de una familia de barrio, con mujeres que en los ´90 trabajaron de mil formas. A mí, que siempre fui curiosa, me interesaba crear e inventar cosas (me acuerdo que en un momento quise hacer lámparas con vidrios rotos!) , y tuve la fortuna de haber sido apoyada para cumplir mis sueños. Hoy puedo decir que lo logré: hago reales obras pensadas dentro de mi mundo plástico, para que puedan ser usadas en forma de zapatos por quien quiera hacerlo. Eso para mí significa éxito y me llena de alegría.
De artista visual a zapatera, ¿cómo fue ese recorrido?
En mis años de estudio de Dibujo, en algún momento, yo creo que por el 2013, me tocó hacer varias copias de un objeto elegido por mí. Elegí un zapato. Descomponiendo sus líneas en el papel, empecé a ver sus curvas como algo autónomo: no sé si fue por los trazos o por la matemática intrínseca de su geometría. (Este detalle es importante: para diseñar cualquier tipo de calzado es condición sine qua non respetar a rajatabla las líneas de la anatomía del pie y de la horma: si las conocés, podés hacer lo que quieras). Luego de dibujarlo y de tener en cuenta esas líneas, no pude dejar de ver al calzado en general como un objeto volumétrico, tridimensional, que no tiene más que ver con la indumentaria que con la escultura. Bajo esta concepción, para mi cerebro de Productora Visual, cada zapato vendría a ser un ensamble escultórico hecho a partir de la unión de materiales heterogéneos.
Tengo muy presente a Dalila Puzzovio, reconocida artista argentina y mi primera referente, presentando en el Premio Di Tella, creo en el ´67, sus zapatos de Doble Plataforma como obra de arte y objeto de consumo al mismo tiempo. Cuando la descubrí, me explotó la cabeza!"
¿Zapatos en la pandemia?¿Cómo fue tu experiencia?
Durante la cuarentena de 2020, la marca creció mucho. Vivía sola con mi gato en un departamentito taller en Belgrano y lo único que me sacaba la ansiedad era el trabajo y el estudio. Me aboque mucho a eso y tuve pedidos de todos los colores y de todas partes del mundo. Eso que llaman “nueva realidad” nos hizo dar un volantazo a la vida que muchos llevábamos, o por lo menos pensar en las chances de cambiarla. Cambio que se vio reflejado también en los consumos: si bien en el 2020 creció en abundancia la venta online (en mi caso) de zapatos urbanos y tacones, entiendo que no son esos exactamente los productos estrella en este 2021.
El 2020 fue un año bisagra, en el que aún estábamos adaptándonos a una nueva forma de vivir. Atendiendo las necesidades del cambio de tipo de consumo, este año también empecé a hacer calzado para estar en casa, manteniendo siempre la línea estética de Bar Madsen, entre cosy y trash. La cantidad de ventas de las pantuflas XOXO me dan la razón.
imágenes: Gentileza Bar Madsen