Se exhiben Biombos del siglo XVII al XXI enn la Fondazione Prada
Los biombos como objetos de arte, de diseño y decoración o elementos arquitectónicos son interpretados en la exhibición “Paraventi: Biombos plegables del siglo XVII al XXI”, que se puede visitar hasta el 22 de febrero en la Fundación Prada de Milán
“Casi me desmayo de placer cuando al entrar a una tienda China vi por primera vez un biombo Coromandel. Los biombos son la primera cosa que he comprado”, dice Coco Chanel en el libro Chanel Solitaire, de su amigo Claude Delay. La modista tenía 32 biombos Coromandel en su departamento que aún hoy forman parte de la decoración, a modo de boiserie, de la Rue Cambon 31, en París, y además quedaron inmortalizados como fondos en cantidad de retratos de ella.
Los biombos fueron muy codiciados desde el siglo XVII en Europa y ese registro en el tiempo es el tema de la exposición que tiene lugar en la Fundación Prada, en Milán. “Paraventi: Biombos plegables del siglo XVII al XXI” cuenta y reflexiona la historia de estas pantallas que narran de por sí la fascinación de lo que Occidente llamó "Oriente” a partir de un imaginario exótico de una cultura otra. Los biombos componían elementos de apariencia oriental, en tanto las figuras representadas en los paneles buscaban armar un relato en episodios o escenas independientes. Los biombos llegaban de Coromandel, el puerto de India desde el que partían, a las manos de los coleccionistas europeos. Así se fueron desplegando como objetos de arte y también como elementos de decoración.
En la planta baja de la Fondazione Prada diversos artistas reinterpretan especialmente para “Paraventi: Biombos plegables del siglo XVII al XXI”, el significado de los biombos en un sentido actual. Son 15 artistas internacionales a los que el curador de la muestra Nicholas Cullinan les encargó producciones para este proyecto en el espacio de arte contemporáneo que lidera Miuccia Prada. En el primer piso se exhiben en orden cronológico piezas históricas de China y Japón prestados por museos como el Louvre y el MASP de Sao Paulo, y otros llegados de manos privadas. La exhibición “Paraventi” hace preguntas y busca las paradojas que rodean la historia del biombo: “¿Pintura o escultura? ¿Arte o complemento de decoración? ¿Elemento utilitario u ornamental? ¿Decorativo, funcional, arquitectónico o teatral?”, reflexiona el curador en la hoja de sala. Aquí entran en escena los artistas invitados y sus obras que median entre el “útil” y el arte, ya que depende de las funciones que le otorgan a sus producciones que no están destinadas solo a ser contempladas. Por ejemplo, la artista multidisciplinaria libanesa Mona Hatoum indaga en un objeto cotidiano de la cocina y presentó para el proyecto un biombo con aspecto de rallador. El artista visual italiano Francesco Vezzoli, que en su obra explora la cultura popular contemporánea, expone en la muestra un biombo que retoma el film “El asesinato de Trotsky”, de 1972, y en sus vidrios se espejan los protagonistas: Romy Schneider, Alain Delon y Trotsky. Otro, que pertenece al Centre Pompidou, es un biombo donde cuelga un par de jeans Levi's 501. La artista polaca Goshka Macuga hizo especialmente para esta exposición una biblioteca utilizada como biombo.
En la exhibición se registra al biombo en diferentes formas de arte, se lo observa, registra y representa en diferentes disciplinas: es arte, también arquitectura y decoración de interiores y diseño.
“Paraventi: Biombos plegables del siglo XVII al XXI” se puede visitar hasta el 22 de febrero en la Fundación Prada de Milán.